La Fascitis Plantar es una de las patologías más frecuentes del pie. Un 10% de la población la ha padecido alguna vez en su vida. Se trata de un desgarro intersticial degenerativo de la fascia plantar a nivel de su inserción en el calcáneo y que en ocasiones puede acompañarse de un espolón. Este proceso degenerativo es el resultado de microtraumatismos repetitivos y causa un dolor en el talón que se agudiza con el inicio de la marcha después de un tiempo de reposo.
La fascia plantar es un tejido fibroso y grueso situado en la planta del pie que se inserta en el hueso del talón (concretamente en la apófisis ínferointerna del calcáneo) y que se abre en abanico para insertarse en la base de los dedos. Su principal función es mantener el arco plantar.

Es una patología de no fácil curación y de no tratarse a tiempo, tiende a cronificar, agudizándose sus síntomas. Tiene una mayor incidencia entre los 40 y 60 años de edad, con moderado predominio en el sexo femenino y suele ser bilateral hasta en un 30% de los casos.
Como principales factores de riesgo encontramos las alteraciones del arco del pie (pies planos, pies cavos…), desequilibrios musculares, aumento de la edad y/o del peso, cambios de calzado o calzado inadecuado, bipedestación prolongada, lesiones previas, etc.
Es una de las causas más frecuentes de talalgia (dolor en el talón) y el síntoma más común en deportistas, representando alrededor del 15% de todas las enfermedades del pie. Afecta aproximadamente al 10% de los corredores y puede deberse a variables relacionadas con la carrera, superficie, velocidad, frecuencia y distancia por semana.
Aunque no suelen ser necesarias las pruebas diagnósticas complementarias para corroborar la existencia de una fascitis plantar (puesto que los síntomas clínicos son tan claros que nos dirigen rápidamente a ello) la Ecografía y la Resonancia Magnética son las mejores pruebas para diagnosticar esta lesión. En una radiografía es imposible visualizarla, puesto que no se aprecian los tejidos blandos. En ésta última sólo podríamos confirmar la presencia de un espolón calcáneo, pero cabe reseñar que el espolón no es la causa de la fascitis, sino consecuencia de la misma. El espolón es la formación de calcio integrada en la fascitis plantar, en su inserción en el calcáneo, pero no es la causa del dolor.

El tratamiento consiste, como en el resto de tendinitis o tendinosis, en la aplicación de medidas antiinflamatorias (hielo, tratamiento farmacológico…), reposo relativo, y tratamiento físico ( masaje, electroterapia, etc…) así como estiramientos de la musculatura. Estos últimos pueden realizarse en casa, con mínimo riesgo y sin coste alguno para la persona. Se trata de colocar una pelota en el suelo y hacerla rodar bajo el arco plantar, no presionando en exceso, de modo que podamos moverla fácilmente. Si además la hacemos rodar no sólo por la zona del arco sino también por toda la superficie plantar, incluyendo los dedos, borde externo del pie y el talón, ayudaremos a relajar toda la musculatura posterior de la pierna, prolongándose sus beneficios de relajación a la fascia posterior al completo, lo cual aliviará a su vez tensiones en la espalda.

Otro de los ejercicios de estiramiento se realiza sentado, con el pie afecto cruzado sobre la otra pierna, cogiéndose los dedos sobre la base de éstos y flexionándolos hacia arriba. Debe mantenerse así durante 10 segundos y sentirá molestia, señal de que se está haciendo correctamente. Se realiza una serie de 10 repeticiones 3 veces al día. Loa primera ha de hacerse justo antes de poner el pie en el suelo por la mañana, al despertarse.

Puede ayudar el uso de calzado con suela de goma almohadillada así como reducir el peso corporal (en personas con sobrepeso y diabéticos).
Los antiinflamatorios proporcionan un alivio temporal y pueden acelerar la curación al aumentar la tolerancia a los ejercicios al disminuir el dolor.
Las Férulas nocturnas también son un tratamiento utilizado en fascitis plantares. Su objetivo es evitar la flexión plantar manteniendo el tobillo en posición neutra y estirando pasivamente la musculatura de la pantorrilla y la fascia plantar durante la noche. Varios estudios le otorgan éxito en el 80% de los pacientes, en los que mejoró la sintomatología.
A estos tratamientos se añaden los de Ultrasonidos, Ondas de choque, Infiltraciones con Corticoides y más recientemente con Plasma rico en plaquetas. Éste último parece que está dando muy buenos resultados y duraderos en el tiempo.
Pero estos tratamientos no son siempre efectivos y suelen prolongarse mucho en el tiempo.
En la fase aguda de la fascitis plantar puede ser de gran ayuda el Tapping o Vendaje Neuromuscular. Son unas bandas de colores que suelen mejorar notablemente el dolor de los primeros pasos. Es útil en deportistas para aliviar la molestia durante los entrenamientos o para el día de la competición. Se colocan también mientras esperamos a tener las Ortesis Plantares o Plantillas, que tratarán de un modo más eficaz y permanente esta patología, actuando sobre las estructuras anatómicas del pie y su biomecánica cuando éstas son las causantes de la misma.

Las Ortesis Plantares controlan y disminuyen la pronación anormal del pie mediante la elevación del arco plantar interno y sujeción de la articulación subastragalina. Con ello se reduce la tensión en la fascia plantar. Estudios recientes han demostrado la eficacia de estas ortesis siempre y cuando sean personalizadas y confeccionadas a medida, pues las ortesis prefabricadas difícilmente se adaptan a los pies de los pacientes, puesto que la altura del arco plantar y grado de pronación es distinta en cada uno de ellos.

Quiero subrayar aquí la importancia de este tratamiento ortopodológico, pues en la mayoría de los casos las causas de las fascitis plantares son de origen biomecánico y solucionables con unas plantillas personalizadas adecuadas, siempre previo estudio y exploración por parte del podólogo titulado y en centros podológicos acreditados por la Consejería de Sanidad.
En los últimos tiempos hemos venido observando una práctica habitual de intrusismo profesional llevado a cabo en distintas tiendas deportivas, donde ofrecen a sus clientes estudios de la pisada realizados por personal no cualificado y que desconoce las leyes más básicas de la biomecánica humana. Por ese motivo instamos a los pacientes y usuarios a ser cautos en la elección del centro donde van a realizarse dicho estudio para evitar problemas posteriores, puesto que un examen inadecuado puede llevar a un diagnóstico erróneo y por lo tanto a un tratamiento no sólo ineficaz sino perjudicial para su salud incluso.

CUIDE LA SALUD DE SUS PIES Y ACUDA SIEMPRE A UN CENTRO PODOLÓGICO CUALIFICADO.